Los
amigos pueden influenciar a los niños a hacer algo que ellos no quieren
hacer. Esta influencia es parte de la vida de casi todos los niños. Los niños
están sujetos a esta influencia y sucumben a ella tarde o temprano. Aunque
los padres no pueden proteger a sus hijos de esta influencia, hay ciertos
pasos a seguir para aminorar su efecto.
Malas Compañías
Los
niños que no están sujetos a este tipo de influencia como son otros niños,
suelen tener uno o dos malos compañeros que son de mala influencia para
ellos. Los niños se inclinan a las malas compañías por una variedad de
razones. Algunos niños lo hacen por atraer atención (de los padres y amigos),
y otros lo hacen por compañerismo. Los niños podrían también elegir malas
compañías por la emoción que causa el meterse en problemas, o para rebelarse
contra sus padres, o porque no tienen suficiente amor propio y/o confianza en
ellos mismos. Autoestima
Al igual
que con la influencia de los amigos, hay ciertos pasos que los padres pueden
tomar para aminorar los efectos que las malas compañías pueden tener en sus
hijos.
Lo Que Los Padres Pueden Hacer.
*Forje una amistad cercana con sus hijos. Si no lo han hecho todavía, los padres deberían forjar una amistad
cercana, honesta y franca con sus hijos. Los niños que tienen una amistad
cercana con sus padres suelen identificarse mejor y se esfuerzan más para
complacer a sus padres. Los niños que están cercanos a sus padres también
suelen recurrir más a sus padres cuando se encuentran en problemas o tienen
dificultades.
Conviene
que determines cuánto tiempo a la semana debes pasar con cada hijo y que
busques espacios para ello. Considera que esos ratos son compromisos
ineludibles y tienen prioridad sobre todo lo demás. Si surge una emergencia,
puede que sea necesario que reprogrames el tiempo que vas a pasar con ellos,
pero no lo canceles del todo. Si ves que postergas con frecuencia el tiempo
que deberías dedicarles, es necesario que reevalúes tu escala de prioridades
y tu plan y que elabores uno que dé resultado.
Un joven
abogado que gozaba de éxito profesional dijo: «El mejor regalo que me han
hecho en la vida vino en un paquete muy pequeño que pesaba menos que una
pluma. Dentro de la caja había una nota que decía: “Hijo, este año te
obsequiaré 365 horas. Todos los días después de cenar te dedicaré una hora.
Hablaremos de lo que tú quieras, iremos a donde tú quieras y jugaremos a lo
que tú quieras. Será tú hora”. Mi padre no sólo cumplió esa promesa, sino que
la renovó todos los años. Fue el regalo más valioso que me han hecho jamás.
Yo soy el fruto del tiempo que pasó conmigo».
*Ayude a sus hijos a comprender la influencia de los amigos. Los niños estarán mas capacitados a resistir malas influencias y
malas compañías si tienen un mejor entendimiento del proceso. Los padres
deben asegurarse de que sus hijos sepan que todos los niños, inclusive
adultos están sujetos tarde o temprano a la influencia de los amigos. Los
padres también pueden explicarles que es normal que los niños sientan la
necesidad de adaptarse y convivir con sus amigos, dando así cabida a la mala
influencia. Cuando los niños tengan un mejor entendimiento de este proceso y
las emociones relacionadas con las presiones de las amistades, estarán más
capacitados a resistir las malas influencias.
*Planeé actividades familiares con regularidad y frecuencia. Los padres deberían esforzarse a participar con frecuencia en
actividades familiares, desde que sus niños están pequeños. Los padres
deberían planear actividades en las cuales pueda participar toda la familia,
como paseos, caminatas en el parque, deportes, etc. Los padres que dedican
algo de su tiempo participando en actividades divertidas con sus hijos,
tendrán mas oportunidad de desarrollar amistades cercanas con ellos. Los
niños que pasan mas tiempo con sus familias pueden resistir mejor las malas
influencias.
*Apoye las amistades con modelos ejemplares. Los padres deberían apoyar a sus hijos a desarrollar amistades con
niños de cualidades positivas. Esto se puede lograr invitando a estos niños a
jugar o a pasar el tiempo con la familia. Los padres también pueden apoyar a
sus hijos para que participen en actividades de grupo (ej. los boyscouts,
deportes, grupos de la iglesia) los cuales requieren interacción con modelos
ejemplares.
*Conozca los amigos de sus hijos y sus padres. Los padres deben esforzarse en pasar algún tiempo con los amigos de
sus hijos para conocerlos mejor. También deberían intentar conocer a los
padres de los amigos de sus hijos. Al hacer esto, los padres pueden ver si
los amigos de sus hijos son de buena influencia, y si las familias de los
amigos comparten sus mismos valores y actitudes.
*Entérese donde están sus hijos y lo que están haciendo. Cuando los niños están en casa, los padres deben supervisar sus
actividades. Cuando los niños están fuera de casa, los padres deben
asegurarse de saber donde están sus hijos, con quién están y qué están
haciendo.
*No critique a los amigos de sus hijos. Cuando sus hijos tienen amigos que son de mala influencia, no
es bueno que los padres los critiquen. En muchos casos, los niños se ponen a
la defensiva y continúan con tales amistades ya sea por lealtad o para
rebelarse contra sus padres. En lugar de criticar las malas amistades, los
padres pueden y deben discutir ciertos aspectos de conducta y/o acciones. Por
ejemplo, el padre puede decir, "Parece ser que cada vez que Julia viene
a jugar, tu desobedeces alguna regla de la casa."
*Trate de encontrar la razón y discútala. Los niños se dejan llevar por la presión de los amigos y desarrollan
amistades con malos compañeros por muchas razones. Los padres deben tratar de
encontrar las razones y luego intentar a resolver el problema. Por ejemplo,
si un niño se deja llevar por la presión de los amigos porque el o ella
carece de la confianza necesaria para resistirse a su influencia, entonces
los padres pueden tomar pasos para que sus hijos mejoren la confianza en si
mismos.
*Promueva una variedad de amistades. Los padres deben de apoyar a sus hijos a que tengan muchos amigos
diferentes. Esto los expondrá a otros niños con diferentes actitudes e ideas.
Esto también promueve la individualidad, y hace que los niños no se dejen
llevar por presiones de ningún grupo.
*Fomente individualidad e independencia. Los padres deben fomentar individualidad e independencia en sus
hijos. Una de la formas mejores de lograr esto es que los padres modelen o
demuestren esta conducta. Los padres que se resisten contra la presión de sus
propios amigos enseñan a sus hijos una invaluable lección. Los padres que
expresan su individualidad logran lo mismo. Los padres también deben discutir
lo que es la independencia con sus hijos. Deberían hacer notar la importancia
de uno como persona y hacer lo que uno crea que está bien.
*Enseñe firmeza. Los padres deben enseñar a sus hijos a hacer valer sus creencias.
Esto se puede lograr por medio de la imitación. La imitación requiere la
práctica de diferentes respuestas a ciertas situaciones. Esto le da
oportunidad al niño de practicar a decir "NO" a sus amigos. Los
padres también pueden enseñar a sus hijos a resolver problemas cuando los
amigos los presionan, quizás sugiriendo otras actividades, o explicando
porqué se niegan a participar en ciertas actividades.
*Elogia la firmeza. Los padres deben elogiar efusivamente a sus hijos cuando actúan con
firmeza. La conducta que es elogiada es más propicia a ser repetida.
*Mantenga la disciplina. Si los niños se dejan llevar por la influencia de los amigos y hacen
algo inapropiado, o si se meten en problemas con las malas amistades, los
padres deben aplicar consecuencias naturales u otra forma de disciplina.
Sermonear posiblemente no será suficiente para erradicar este tipo de
conducta en el futuro. Las consecuencias naturales pueden ser limitar los
privilegios, no permitir al niño a pasar tiempo con el grupo o amigo con el
cual se metió en problemas, o corregir el daño que el o ella han causado.
La
elección de los amigos es una cuestión personal, los padres deben mantenerse al margen de esta elección, pero
deben mostrar interés por las amistades y observar si estas le pueden
perjudicar, ya que es en la adolescencia cuando los amigos más pueden
influir, tanto positiva como negativamente en nuestros hijos.
Es
frecuente que los padres culpen a
los amigos de comportamientos y actitudes que sus hijos no habían
tenido anteriormente, sin tener en cuenta que el adolescente está creando
su identidad y en ocasiones tiende a rebelarse ante lo que los padres le
han enseñado.
No obstante, puede ser cierto que
nuestro hijo esté siendo influido negativamente por algunos amigos,
lo que hay es que saber discernir
si se trata de cosas pasajeras y sin importancia como puede ser
formas estrafalarias de vestir, utilización de tacos en el lenguaje, etc.,
o si realmente están influyendo en aspectos importantes de su personalidad.
En tal
caso los padres deben actuar intentando persuadirles pero no prohibiendo, ya que prohibirle ir con un
grupo concreto puede consolidar aún más la relación. Se trata de actuar de
forma natural y sincera, haciéndole saber las dudas y temores que tenéis
sobre esos amigos y enseñarles a no dejarse influir y a saber decir no.
Esto será más fácil de conseguir si previamente ha existido una relación de
confianza entre padres e hijos.
¿Qué pueden hacer los padres para
conducir a sus hijos a un terreno moral seguro?
La Biblia nos da muchas pautas al
respecto. Dios promete que si inculcamos a nuestros hijos valores
cristianos desde que son pequeños, cuando crezcan y se hagan cargo de su
vida continuarán por la buena senda. ¿Por dónde se comienza? Enséñales a
amar a Dios y al prójimo para que aprendan a tomar decisiones acertadas y
se conviertan en hijos que te enorgullezcan.
Instruye
al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.
La Biblia
dice también que el niño al que no se corrige ni instruye termina por
avergonzar a sus padres. Dios ha encomendado a los padres el deber de
participar activamente en el proceso de aprendizaje de sus hijos y de
corregirlos sobre la marcha. A veces no sabemos bien cómo corregir e
instruir a nuestros hijos.
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*Busque ayuda. Si
su niño se deja llevar consistentemente por la influencia de sus amigos, o si
se mete en problemas crónicamente con las malas compañías, debe de consultar
a un profesional de salud mental.
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