sábado, 21 de abril de 2012

Los Niños Que Muerden




Los Niños Que Muerden
En la primera infancia, el hecho de morder no es diferente de otras formas de agresión. Un mordisco ocasional puede ser algo pasajero y sin importancia. Es probable que algunos niños pequeños, que todavía no disponen de un lenguaje suficientemente rico, utilicen su cuerpo para expresarse. Si respondes rápidamente al primer intento, con claridad y con amabilidad, no habrá una segunda vez. Si tu hijo o hija repite un mordisco, puede ser por dos cosas: que tus respuestas no han sido lo suficientemente claras PARA ELLOS, o que la razón por la que ha empezado a morder no se ha resuelto.
Los niños muerden mucho más cuando están al cuidado de otra persona, en grupo o en jardines de infancia que cuando están siempre al cuidado de sus padres. No obstante, los niños atendidos en casa también pueden morder, aunque en un grado menor.
Un niño siempre persigue sus necesidades de forma inocente. Cualquier cosa que haga tiene una razón válida, un propósito específico. Puede ser que tenga hambre, que esté descubriendo los conceptos de causa y efecto, que le estén saliendo los dientes, que esté imitando a otro niño, o que se sienta frustrado. También puede que sufra alguna reacción al gluten, los productos lácteos, la soja, el azúcar, los aditivos alimentarios u otros alérgenos. Si tu hijo o hija muerde excesivamente o tiene algún otro comportamiento agresivo, pide que comprueben si tiene algún tipo de alergia, mediante un análisis del cabello o
una evaluación muscular, y reflexiona sobre si su día a día puede resultarle demasiado frustrante.
Cuando un niño muerde de forma ocasional
Más que centrarte en el hecho de morder en sí, céntrate en las causas subyacentes por las que el niño o la niña ha necesitado morder. No me refiero a lo que quiere en ese momento (una golosina, un juguete), sino a la razón profunda que le lleva a expresarse mordiendo. Piensa si puede deberse a un sentimiento de frustración, soledad, celos, impotencia, o una necesidad de más afecto y autonomía. Atiende las causas subyacentes y el síntoma desaparecerá. Gritar, amenazar o castigar al niño no va a ayudar, ya que son respuestas que no se dirigen a la causa real, el niño se sentirá peor y morderá más.
A veces, un niño llega a morder después de ver que los adultos toleramos algunas agresiones al cuerpo o al entorno. Simplemente participa de lo que está observando. Fíjate en cómo te tratas a ti mismo y muestra un respeto total hacia tu propio cuerpo y hacia el cuerpo de tu hijo o hija.
La necesidad de morder, a menudo, es el resultado de sentirse demasiado limitado. Esperar que el niño se contenga a sí mismo (esté tranquilo, acate nuestras propias necesidades o sea educado) puede llevar a un sentimiento de rabia y de impotencia. Aunque tenga los padres más atentos y sensibles del mundo, cualquier niño tiene muchas oportunidades para sentirse impotente y frustrado. Un grito en respuesta a su mordisco puede satisfacer su necesidad de sentirse poderoso: “Ese grito lo he provocado yo”
¿Por qué los niños muerden?
Los bebés emplean su boca para explorar, aprender y también para relacionarse. Es una de las partes de su cuerpo que se encuentran más desarrollada. En ocasiones con la dentición necesitan calmar sus encías con lo cual muchas veces muerden porque carecen de autodominio y actúan impulsivamente.
En el caso de niños de 1 a 3 años las razones son diferentes. A esta edad comienzan a socializar, a relacionarse con sus coetáneos, pero aún no poseen un lenguaje ni tienen las habilidades suficientes para comunicarse. Morder es una manera de conseguir un juguete o llamar la atención. También lo hacen cuando están nerviosos o se sienten frustrados: ante situaciones nuevas, la llegada de un hermanito, el ingreso al jardín de infancia… Otros niños sencillamente muerden por imitación.
En edad preescolar la conducta de morder suele desaparecer. A estas edades los niños ya comienzan a tener habilidades de comunicación que permiten la convivencia con sus compañeros. Un niño que muerde frecuentemente en esta etapa puede estar presentando problemas emocionales.
Morder es una conducta muy común en los niños menores. Las razones por las que los niños muerden a otros varían de niño a niño.
Es algo natural que los niños de alrededor de un año de edad muerdan a sus padres o a cualquier otra persona que esté al alcance. En la mayoría de los casos, los niños de esta edad muerden para aliviar la presión que sienten en las encías debido a la dentición. Las mordeduras que no son causadas por la dentición pueden convertirse en un problema en los niños de 18 a 30 meses de edad. Los niños de esta edad no están conscientes del dolor que las mordeduras causan a otros niños y adultos.
Aunque es común que los niños muerdan cuando están jugando, este comportamiento necesita atención inmediata. Las mordidas, además de ser dolorosas, pueden causar peleas entre compañeros de juego. Los niños que muerden también corren el riesgo de ser aislados por sus compañeros.
Los niños pequeños a menudo muerden como consecuencia de la frustración, el coraje, o la agitación. Así que es importante que los padres y las personas que cuidan a los niños estén alerta a las situaciones que resultan en mordidas. Esto ayudará a los padres a entender qué causa este comportamiento.

¿Qué Se Puede Hacer?
El problema de las mordidas no es algo que uno tiene que soportar hasta que los niños crezcan o "aprendan mejor". Hay muchas medidas a tomar para prevenir y resolver el problema de morder.
 Prevención
Prevenir los mordiscos
Es poco probable que un niño que se siente conectado, amado, autónomo y en paz llegue a morder. No necesita hacerlo. Por eso, el primer paso hacia la prevención es respetar la guía interior de tu hijo o hija, evitar depositar sobre él o ella expectativas inadecuadas y restricciones excesivas, y permanecer unidos y conectados. Puede que tengáis que evitar exponerle al juego con otros niños de la misma edad, que a menudo es demasiado difícil para los niños pequeños. Observa si tu hijo o hija es mucho más feliz jugando con un niño mayor o contigo.
Tómate las indicaciones de tu hijo o hija muy en serio. Ellos dependen de tus cuidados. Si muerde para llamar tu atención, es porque necesita más atención de la que está dando. Es una necesidad válida y real. Si están frustrados, piensa en la posibilidad de reducir la cantidad de estímulos que recibe y proporciónale juegos e interacciones adecuados para su capacidad.
Otra forma de prevenir los mordiscos es reducir el estrés y llevar un estilo de vida más tranquilo. Quédate más en casa, y dedica tiempo a tu niño o niña.
Pauta musical y Comerciales
*Ponga límites. Para prevenir el problema de las mordeduras, los padres y educadores deberían de poner límites antes de que los niños se reúnan para jugar. Las reglas deben ser simples, como tomar turnos y compartir. Los padres y educadores deben definir estas reglas consistentemente.
*Sorprenda a los niños portándose bien. Los padres y educadores deben felicitar a los niños por comportarse bien. Los elogios sirven como premio a la buena conducta. También dar reconocimiento a los niños que se portan bien en lugar que a los niños que se portan mal.
*Supervise de cerca el juego. Los padres y educadores deben poner atención a lo que sucede en el juego de los niños. Ellos deben de intervenir antes de que estén fuera de control. Organizando los períodos para jugar puede disminuir las circunstancias que causan las mordeduras.
*Ponga atención a lo que enseña. Los padres y educadores que utilizan los gritos, las nalgadas, u otro tipo de conducta agresiva como método de disciplina, corren el riesgo de enseñarles a los niños que la conducta agresiva es aceptable en ciertas ocasiones, especialmente para resolver problemas. Los adultos que golpean, gritan y/o arrojan cosas cuando están disgustados enseñan a sus hijos a ser agresivos cuando están enojados.
 Intervención
*Identifique a qué horas ocurren las mordidas. Los padres y educadores deberían de observar la hora y las circunstancias en las cuales los niños recurren a morder. Los adultos pueden usar esta información para corregir o evitar estas situaciones. Por ejemplo, si los niños muerden cada vez que juegan en un grupo numeroso, se deben tomar medidas para separar a los niños durante el juego. Si la conducta relacionada con las mordidas es persistente, se deben evitar las situaciones que causan el comportamiento. Puede ser necesario que los padres o educadores simplifiquen la hora del juego, reducir el número de niños en el grupo, o acortar la duración de los juegos.
*Utilice tiempos de descanso breves. Los padres y educadores pueden utilizar reprimendas breves, como "No muerdas. Las mordidas duelen. Ve a descansar por dos minutos." Y luego darle al niño un tiempo de descanso. A los niños que muerden y se les da tiempo de descanso, se les debe permitir que regresen al grupo, una vez que estén calmados y bajo control. Los padres y educadores deben ofrecer a los niños atención positiva, haciéndoles saber que hay mejores maneras de comunicarse y de ser reconocidos.
*Ofrezca alternativas para morder. Los padres y educadores deberían mostrarles a los niños lo que pueden hacer en lugar de morder. Por ejemplo, "En lugar de morder cuando tú te enojas, ¿porqué no te retiras del grupo?". O "En lugar de morder cuando te enojas, pídele ayuda a la maestra." En seguida se les pide a los niños que repitan las alternativas.
*Concentre su atención en el niño que ha sufrido la mordedura. Padres y educadores podrían dar juguetes o atención al niño que ha sido mordido. Si los niños muerden para atraer atención, o una reacción de los adultos, aprenderán muy pronto que hay mejores maneras de atraer atención. Si, por ejemplo, un niño muerde a otro durante una pelea por un juguete, el juguete debe de dársele al niño que ha sido mordido. Esto enseñará a niños que muerden, que morder no da buenos resultados.
Cómo ayudar a su hijo hija a dejar de morder
  • Dé a los niños suficientes juguetes. Asegúrese de que su hijo o hija tenga suficientes juguetes y actividades para evitar que haya peleas por los mismos.
  • Tenga más de un juguete “favorito”. Tenga a mano más de un juguete popular entre los niños para que los más pequeños no tengan que esperar para jugar con él.
  • Esté alerta a las situaciones en las que su hijo hija podría morder. Estén atentos a las situaciones frustrantes en las que su hijo o hija  podría perder el control. Si es necesario, disminuya el número de niños con quienes su hijo o hija juega, o acorte el tiempo de juego.
  • Use la técnica del aislamiento (time-out). Dígale a su hijo o hija que no se debe morder y llévelos a un lugar que usted haya elegido para el aislamiento durante un minuto o dos. Recuerde que los periodos largos de aislamiento no son eficaces para los niños pequeños.
  • Enséñele alternativas a morder. Enséñele a su hijo o hija a decir "no" si otro niño o niña está haciendo algo que a su hijo o hija no le gusta. Además, intente darle a su hijo hija un mordisco  si nota que podría morder a otro niño o niña.
  • Tenga a su hijo o hija a la vista. Quédese muy cerca de su hijo o hija y, si muerde, sepárelos inmediatamente de la situación. Cuando su hijo o hija esté jugando bien con otros niños, elógielos para ayudarlos a darse cuenta de que usted valora ese tipo de comportamiento. Los elogios también le ayudarán a aumentar la autoestima.
  • Sea consecuente. Explíquele que cuando muerde lastima a los demás y eso no está permitido. Todas las veces que muerda, sepárelo de los demás así le ayudará a entender que, si quiere jugar, no debe de morder.
Que NO Hacer
Nunca pegue a su hijo o hija. Es importante no usar el castigo físico como una nalgada, cachetada cuando muerda a alguien.   Los niños pequeños generalmente no asocian su comportamiento con el castigo físico, por lo tanto, esa no es una técnica eficaz de disciplina. Además, si le pega a su hijo hija, le enseñará que la violencia es una respuesta adecuada al enojo o a la frustración, y ese es exactamente el hábito que usted quiere eliminar.
El problema de morder NO deber ser ignorado, con la esperanza de que pronto desaparezca. En muchos casos, este problema no desaparece. No importa qué tan frustrados se sientan los padres tratando de eliminar esta conducta, mordiendo a los niños para enseñarles una lección NUNCA es recomendado. Si esto enseña algo a los niños es que los adultos lastiman a la gente. En muchos casos, niños muy chicos no pueden relacionar el dolor que ellos sienten cuando los muerden, y el dolor que ellos causan cuando han mordido a alguien.
 Recuerde
En la mayoría de los casos los niños que muerden lo dejan de hacer conforme mejora su habilidad de hablar. Conforme el lenguaje mejora, los niños pueden usar palabras para expresar su frustración y coraje. Esto ocurre como a los 3 años de edad. Cuando los padres se enfrentan al problema de morder con firmeza y consistencia, la mayoría de los niños entienden lo que se les dice y rápido dejan de morder.
Finalmente, una mordedura que corta la piel puede causar infección. Si la piel se corta, es importante lavar la herida con jabón y agua, y luego aplicar una vendita estéril, y asegurarla con cinta adhesiva. El doctor debería examinar la herida lo más pronto posible.
*Pida ayuda profesional si el problema persiste. Si morder se convierte en un problema continuo, aun cuando se ha tratado de intervenir, puede ser necesario buscar ayuda profesional, para encontrar las causas del problema y eliminar esta conducta.


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