Los Niños Que Muerden
En la
primera infancia, el hecho de morder no es diferente de otras formas de
agresión. Un mordisco ocasional puede ser algo pasajero y sin importancia. Es
probable que algunos niños pequeños, que todavía no disponen de un lenguaje suficientemente
rico, utilicen su cuerpo para expresarse. Si respondes rápidamente al primer
intento, con claridad y con amabilidad, no habrá una segunda vez. Si tu hijo o
hija repite un mordisco, puede ser por dos cosas: que tus respuestas no han
sido lo suficientemente claras PARA ELLOS, o que la razón por la que ha
empezado a morder no se ha resuelto.
Los niños
muerden mucho más cuando están al cuidado de otra persona, en grupo o en
jardines de infancia que cuando están siempre al cuidado de sus padres. No
obstante, los niños atendidos en casa también pueden morder, aunque en un grado
menor.
Un niño
siempre persigue sus necesidades de forma inocente. Cualquier cosa que haga
tiene una razón válida, un propósito específico. Puede ser que tenga hambre,
que esté descubriendo los conceptos de causa y efecto, que le estén saliendo
los dientes, que esté imitando a otro niño, o que se sienta frustrado. También
puede que sufra alguna reacción al gluten, los productos lácteos, la soja, el
azúcar, los aditivos alimentarios u otros alérgenos. Si tu hijo o hija muerde
excesivamente o tiene algún otro comportamiento agresivo, pide que comprueben
si tiene algún tipo de alergia, mediante un análisis del cabello o
una
evaluación muscular, y reflexiona sobre si su día a día puede resultarle
demasiado frustrante.
Cuando un niño muerde de forma
ocasional
Más que centrarte en el hecho de
morder en sí, céntrate en las causas subyacentes por las que el niño o la niña
ha necesitado morder. No me refiero a lo que quiere en ese momento (una
golosina, un juguete), sino a la razón profunda que le lleva a expresarse
mordiendo. Piensa si puede deberse a un sentimiento de frustración, soledad,
celos, impotencia, o una necesidad de más afecto y autonomía. Atiende las
causas subyacentes y el síntoma desaparecerá. Gritar, amenazar o castigar al
niño no va a ayudar, ya que son respuestas que no se dirigen a la causa real,
el niño se sentirá peor y morderá más.
A veces, un
niño llega a morder después de ver que los adultos toleramos algunas agresiones
al cuerpo o al entorno. Simplemente participa de lo que está observando. Fíjate
en cómo te tratas a ti mismo y muestra un respeto total hacia tu propio cuerpo
y hacia el cuerpo de tu hijo o hija.
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¿Por qué los niños muerden?
Los bebés emplean su boca para explorar, aprender
y también para relacionarse. Es una de las partes de su cuerpo que se
encuentran más desarrollada. En ocasiones con la dentición necesitan calmar sus
encías con lo cual muchas veces muerden porque carecen de autodominio y actúan
impulsivamente.
En el caso de niños de 1 a 3 años las razones son
diferentes. A esta edad comienzan a socializar, a relacionarse con sus
coetáneos, pero aún no poseen un lenguaje ni tienen las habilidades suficientes
para comunicarse. Morder es una manera de conseguir un juguete o llamar la
atención. También lo hacen cuando están nerviosos o se sienten frustrados: ante
situaciones nuevas, la llegada de un hermanito, el ingreso al jardín de
infancia… Otros niños sencillamente muerden por imitación.
En edad preescolar la conducta de morder suele desaparecer. A estas edades los niños ya comienzan a tener habilidades de comunicación que permiten la convivencia con sus compañeros. Un niño que muerde frecuentemente en esta etapa puede estar presentando problemas emocionales.
En edad preescolar la conducta de morder suele desaparecer. A estas edades los niños ya comienzan a tener habilidades de comunicación que permiten la convivencia con sus compañeros. Un niño que muerde frecuentemente en esta etapa puede estar presentando problemas emocionales.
Morder es una conducta muy común en
los niños menores. Las razones por las que los niños muerden a otros varían de
niño a niño.
Es algo natural que los niños de
alrededor de un año de edad muerdan a sus padres o a cualquier otra persona que
esté al alcance. En la mayoría de los casos, los niños de esta edad muerden
para aliviar la presión que sienten en las encías debido a la dentición. Las
mordeduras que no son causadas por la dentición pueden convertirse en un
problema en los niños de 18 a 30 meses de edad. Los niños de esta edad no están
conscientes del dolor que las mordeduras causan a otros niños y adultos.
Aunque es común que los niños muerdan
cuando están jugando, este comportamiento necesita atención inmediata. Las
mordidas, además de ser dolorosas, pueden causar peleas entre compañeros de
juego. Los niños que muerden también corren el riesgo de ser aislados por sus
compañeros.
Los niños pequeños a menudo muerden como
consecuencia de la frustración, el coraje, o la agitación. Así que es
importante que los padres y las personas que cuidan a los niños estén alerta a
las situaciones que resultan en mordidas. Esto ayudará a los padres a entender
qué causa este comportamiento.
¿Qué Se Puede Hacer?
El problema de las mordidas no es algo
que uno tiene que soportar hasta que los niños crezcan o "aprendan
mejor". Hay muchas medidas a tomar para prevenir y resolver el problema de
morder.
Prevención
Prevenir los
mordiscos
Es poco
probable que un niño que se siente conectado, amado, autónomo y en paz llegue a
morder. No necesita hacerlo. Por eso, el primer paso hacia la prevención es
respetar la guía interior de tu hijo o hija, evitar depositar sobre él o ella
expectativas inadecuadas y restricciones excesivas, y permanecer unidos y
conectados. Puede que tengáis que evitar exponerle al juego con otros niños de
la misma edad, que a menudo es demasiado difícil para los niños pequeños.
Observa si tu hijo o hija es mucho más feliz jugando con un niño mayor o
contigo.
Tómate las
indicaciones de tu hijo o hija muy en serio. Ellos dependen de tus cuidados. Si
muerde para llamar tu atención, es porque necesita más atención de la que está
dando. Es una necesidad válida y real. Si están frustrados, piensa en la
posibilidad de reducir la cantidad de estímulos que recibe y proporciónale
juegos e interacciones adecuados para su capacidad.
Otra forma
de prevenir los mordiscos es reducir el estrés y llevar un estilo de vida más
tranquilo. Quédate más en casa, y dedica tiempo a tu niño o niña.
Pauta
musical y Comerciales
*Ponga límites. Para prevenir
el problema de las mordeduras, los padres y educadores deberían de poner
límites antes de que los niños se reúnan para jugar. Las reglas deben ser
simples, como tomar turnos y compartir. Los padres y educadores deben definir
estas reglas consistentemente.
*Sorprenda a los niños portándose
bien. Los
padres y educadores deben felicitar a los niños por comportarse bien. Los
elogios sirven como premio a la buena conducta. También dar reconocimiento a
los niños que se portan bien en lugar que a los niños que se portan mal.
*Supervise de cerca el juego. Los
padres y educadores deben poner atención a lo que sucede en el juego de los
niños. Ellos deben de intervenir antes de que estén fuera de control.
Organizando los períodos para jugar puede disminuir las circunstancias que
causan las mordeduras.
*Ponga atención a lo que enseña. Los padres y
educadores que utilizan los gritos, las nalgadas, u otro tipo de conducta
agresiva como método de disciplina, corren el riesgo de enseñarles a los niños
que la conducta agresiva es aceptable en ciertas ocasiones, especialmente para
resolver problemas. Los adultos que golpean, gritan y/o arrojan cosas cuando
están disgustados enseñan a sus hijos a ser agresivos cuando están enojados.
Intervención
*Identifique a qué horas ocurren las
mordidas. Los
padres y educadores deberían de observar la hora y las circunstancias en las
cuales los niños recurren a morder. Los adultos pueden usar esta información
para corregir o evitar estas situaciones. Por ejemplo, si los niños muerden
cada vez que juegan en un grupo numeroso, se deben tomar medidas para separar a
los niños durante el juego. Si la conducta relacionada con las mordidas es
persistente, se deben evitar las situaciones que causan el comportamiento.
Puede ser necesario que los padres o educadores simplifiquen la hora del juego,
reducir el número de niños en el grupo, o acortar la duración de los juegos.
*Utilice tiempos de descanso breves. Los padres y
educadores pueden utilizar reprimendas breves, como "No muerdas. Las
mordidas duelen. Ve a descansar por dos minutos." Y luego darle al niño un
tiempo de descanso. A los niños que muerden y se les da tiempo de descanso, se
les debe permitir que regresen al grupo, una vez que estén calmados y bajo
control. Los padres y educadores deben ofrecer a los niños atención positiva,
haciéndoles saber que hay mejores maneras de comunicarse y de ser reconocidos.
*Ofrezca alternativas para morder. Los
padres y educadores deberían mostrarles a los niños lo que pueden hacer en
lugar de morder. Por ejemplo, "En lugar de morder cuando tú te enojas,
¿porqué no te retiras del grupo?". O "En lugar de morder cuando te
enojas, pídele ayuda a la maestra." En seguida se les pide a los niños que
repitan las alternativas.
*Concentre su atención en el niño que
ha sufrido la mordedura. Padres y educadores podrían dar
juguetes o atención al niño que ha sido mordido. Si los niños muerden para atraer
atención, o una reacción de los adultos, aprenderán muy pronto que hay mejores
maneras de atraer atención. Si, por ejemplo, un niño muerde a otro durante una
pelea por un juguete, el juguete debe de dársele al niño que ha sido mordido.
Esto enseñará a niños que muerden, que morder no da buenos resultados.
Cómo ayudar a su hijo hija a dejar de morder
- Dé a los niños suficientes juguetes. Asegúrese de que su hijo o hija tenga suficientes juguetes y actividades para evitar que haya peleas por los mismos.
- Tenga más de un juguete “favorito”. Tenga a mano más de un juguete popular entre los niños para que los más pequeños no tengan que esperar para jugar con él.
- Esté alerta a las situaciones en las que su hijo hija podría morder. Estén atentos a las situaciones frustrantes en las que su hijo o hija podría perder el control. Si es necesario, disminuya el número de niños con quienes su hijo o hija juega, o acorte el tiempo de juego.
- Use la técnica del aislamiento (time-out). Dígale a su hijo o hija que no se debe morder y llévelos a un lugar que usted haya elegido para el aislamiento durante un minuto o dos. Recuerde que los periodos largos de aislamiento no son eficaces para los niños pequeños.
- Enséñele alternativas a morder. Enséñele a su hijo o hija a decir "no" si otro niño o niña está haciendo algo que a su hijo o hija no le gusta. Además, intente darle a su hijo hija un mordisco si nota que podría morder a otro niño o niña.
- Tenga a su hijo o hija a la vista. Quédese muy cerca de su hijo o hija y, si muerde, sepárelos inmediatamente de la situación. Cuando su hijo o hija esté jugando bien con otros niños, elógielos para ayudarlos a darse cuenta de que usted valora ese tipo de comportamiento. Los elogios también le ayudarán a aumentar la autoestima.
- Sea consecuente. Explíquele que cuando muerde lastima a los demás y eso no está permitido. Todas las veces que muerda, sepárelo de los demás así le ayudará a entender que, si quiere jugar, no debe de morder.
Que NO Hacer
Nunca pegue
a su hijo o hija. Es importante
no usar el castigo físico como una nalgada, cachetada cuando muerda a alguien.
Los niños pequeños generalmente no asocian su comportamiento con el
castigo físico, por lo tanto, esa no es una técnica eficaz de disciplina.
Además, si le pega a su hijo hija, le enseñará que la violencia es una respuesta
adecuada al enojo o a la frustración, y
ese es exactamente el hábito que usted quiere eliminar.
El problema de morder NO deber ser ignorado, con la esperanza
de que pronto desaparezca. En muchos casos, este problema no desaparece. No
importa qué tan frustrados se sientan los padres tratando de eliminar esta
conducta, mordiendo a los niños para enseñarles una lección NUNCA es recomendado. Si esto enseña
algo a los niños es que los adultos lastiman a la gente. En muchos casos, niños
muy chicos no pueden relacionar el dolor que ellos sienten cuando los muerden,
y el dolor que ellos causan cuando han mordido a alguien.
Recuerde
En la mayoría de los casos los niños
que muerden lo dejan de hacer conforme mejora su habilidad de hablar. Conforme
el lenguaje mejora, los niños pueden usar palabras para expresar su frustración
y coraje. Esto ocurre como a los 3 años de edad. Cuando los padres se enfrentan
al problema de morder con firmeza y consistencia, la mayoría de los niños
entienden lo que se les dice y rápido dejan de morder.
Finalmente, una mordedura que corta la
piel puede causar infección. Si la piel se corta, es importante lavar la herida
con jabón y agua, y luego aplicar una vendita estéril, y asegurarla con cinta
adhesiva. El doctor debería examinar la herida lo más pronto posible.
*Pida ayuda profesional si el problema
persiste. Si
morder se convierte en un problema continuo, aun cuando se ha tratado de
intervenir, puede ser necesario buscar ayuda profesional, para encontrar las
causas del problema y eliminar esta conducta.
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