jueves, 30 de agosto de 2012

Ayuda a tus hijos a alcanzar sus metas



 *El ayudarle a los hijos a tener un rumbo en la vida y visualizar su futuro en base a metas es el sueño de todo padre.
En estas fechas,  los adultos se marcan todo tipo de metas y propósitos, pero Normalmente son los adultos quienes llevan a cabo esta práctica, los niños también pueden participar de esta actividad para sentirse a tono con los adultos, además de que crear una estupenda experiencia familiar cuando los padres ayudan a sus pequeños a visualizar sus propias metas, algo que sin duda les será de gran utilidad en el futuro.

Aquí unos consejos sobre como hacerlo:

• Los padres y los niños recogen y cortan palabras, imágenes y obras de arte y toman fotos de cosas que quieren o desean. Se dividen en categorías como salud, escuela, familia, carrera y la vida.

• Pegue los elementos en una tabla. Sea creativo y diviértase. Añada color, objetos o escriba palabras de inspiración a través de imágenes.

• Cuelgue el tablero en un lugar prominente en su habitación para que puedan reflexionar sobre ella todas las mañanas antes de levantarse y cada noche antes de irse a la cama.

• Cada miembro de la familia puede leer la lista y explicar los artículos que escribió y traducirlo en objetivos si lo necesitan. Los padres pueden ayudar a los niños dar prioridad a su lista y hacer sugerencias sobre la manera de alcanzarlos.

• Después de los objetivos están organizados pueden comenzar a romper cada meta y se presentan con un plan para alcanzarlos.

• Es posible que algunos tengan que ser desglosados. Por ejemplo, si dicen "Quiero ser rico", entonces esto se convierte en una oportunidad impresionante para enseñar a sus hijos el esfuerzo, la dedicación, la educación que se necesita para alcanzar ese objetivo y para enseñar lo que significa ser "rico y feliz".

• Una vez que el primer objetivo es alcanzado asegúrese de celebrar este gran logro. Ya sea la suya o la de ellos y predicar con el ejemplo y haga que participen.

• Hable de lo fácil que era llegar a la meta cuando se tomó el tiempo para pensar y trabajar para alcanzarla.

• Hacer de este un evento anual, cada mes de enero.

• Anime a los niños mayores a llevar un diario y/o un blog sobre su experiencia.

• Una vez que experimentan la sensación de logro, trabaje aún más duro para alcanzar otros objetivos.

• Recuerde que no hay mejor manera de llevar un buen ejemplo que enseñar a los niños lo que debe hacer o no al convertirse en adulto.

Con esto se les da una gran sensación de ser parte de "equipo familiar", un sentido de auto-estima y confianza.
Y así ellos aprenderán a lograr cualquier cosa en que pongan su mente. Tener un propósito y alcanzar las metas les ayudará a ser felices, adultos independientes, exitosos y eso es lo que todos deseamos.

8 pasos para que nuestros hijos alcancen sus metas

 “Nunca digas no puedo, porque eres infinito. El tiempo y el espacio son nada si se les compara con tu naturaleza. Puedes hacer cualquier cosa; puedes hacerlo todo
Cuando nació nuestro hijo  sentíamos una enorme ternura cuando lo cargábamos, viendo su carita angelical, sus ojos fijos en nosotros, su cara llena de paz y tranquilidad, … y su dedito en la boca. Siempre vimos que chuparse el dedo era una manera de sentirse tranquilo y relajado, así que se lo permitimos y pensábamos que en cualquier momento que él (o nosotros) lo decidiéramos se eliminaría ese hábito. Para cuando quisimos eliminarlo, el hábito llevaba ya 8 años de arraigo, y ahora de manera automática él se chupaba el dedo constantemente al tener hambre, estar cansado, al ver la tele, al dormir, etc.
Todos en la familia intentamos recordarle amablemente que debería mantener su dedo fuera de la boca cada vez que lo veíamos chupándolo, diciéndole las consecuencias en su dentadura si continuaba haciéndolo, o simplemente haciéndole señas para que lo sacara. Sin embargo los avances eran pocos, y él continuaba con el hábito. En medio de mi frustración con esto, cometí muchos errores como jalarle el dedo mientras lo chupaba, estar vigilándolo para que no lo hiciera, regañarlo. Esto solo logró que él buscara cualquier oportunidad para hacerlo a escondidas; se escondía bajo las cobijas, se acostaba en el sillón con la cara hacia el respaldo, en el coche se sentaba atrás de mí para que yo no pudiera verlo. Esta situación también estaba ocasionando problemas en la familia con mi esposa, que definitivamente no aprobaba mis métodos.
El también quería deshacerse de este hábito ya que quería evitar a toda costa que sus amigos lo descubrieran. Empezamos a buscar opiniones e ideas con amigos y otros padres de familia de la escuela. La mayoría de ellas no nos agradaban. Después de probar algunas opciones sin éxito, una amiga me recomendó usar un barniz para las uñas que ayuda a evitar que uno se muerda las uñas. ¡Sabe horroroso!
Hablé con mi hijo, y le comenté de esta alternativa. Le dije que ese barniz sabía muy feo, feísimo ¡HORRIBLE! y aun así quiso probarlo. Le puse un poco en una uña, lo probó y casi se vomita. Sin embargo, me encantó cuando dijo “Vamos a hacerlo, pero que sea un secreto para que luego pueda darle la sorpresa a mamá”. ¡¡PERFECTO!!
A partir de ese momento, cada noche iba a su cuarto a decirle “Buenas Noches” y en secreto ponerle el barniz. ¡Funcionó de maravilla!
Sinceramente no recuerdo cuanto tiempo usamos este barniz, pero en poco tiempo se acabó el hábito, y finalmente pudo anunciar a toda la familia con mucho orgullo que ya había superado ese hábito.
A los pocos días hicimos una comida especial con toda la familia en su honor en la casa y festejamos así su tan importante logro y brindamos porque siguiera cosechando triunfos en su vida.
De esta experiencia aprendí que si seguimos los siguientes 8 pasos podemos ayudar a nuestros hijos, o a cualquier miembro de la familia, a alcanzar las metas que se propongan:
1.    Ayúdeles a definir su meta. Mientras más concreta, específica y medible sea su meta mucho más fácilmente van a saber qué hacer y a darse cuenta qué tan cerca de ella están.
2.  Permítales tomar decisiones. Pocas cosas en la vida son más contraproducentes que recibir instrucciones de las que uno no está convencido. Si nosotros les orientamos y permitimos que ellos tomen las decisiones sobre la manera de atacar algún problema entonces ellos se sentirán comprometidos con su decisión y será mucho más probable que la sigan.
3.  Ayúdeles a encontrar alternativas. Al cometer errores o no obtener los resultados deseados inmediatamente muchos niños, y muchos adultos también, prefieren “tirar la toalla”. Ayudarles a encontrar alternativas es una manera de darles luz en el camino y de ver las cosas de manera diferente.
4.  Permita que salven su prestigio. Puede ser que a alguno de nuestros hijos se sientan avergonzados por no poder lograr lo que se proponen. Si toda la familia está al pendiente de cómo le está yendo y constantemente le propone soluciones, puede perder la concentración en la meta y empezar a tratar de complacer a los demás. Si les damos “espacio” y tiempo ellos pueden mantener su concentración.
5.  Sea paciente y comprensivo. Para muchos adultos, los problemas de los hijos son cosa de niños; creen que solo los adultos tenemos problemas verdaderos. Es importante notar que a su corta edad, los problemas de los niños son problemas verdaderos para ellos. Si vemos las cosas desde su punto de vista podremos comprenderlos y darles la importancia que tienen para ellos. Hay que recordar que la forma de afrontar estos “pequeños” problemas los están preparando para enfrentar mayores retos más adelante en la vida.
6.  Mantener la motivación. Ayudarles a mantener la motivación cuando se encuentran con dificultades para lograr lo que quieren. A veces se puede perder de vista el objetivo último, y si logramos que ellos mantengan siempre en la mira la razón por la cual están luchando entonces les ayudaremos a ser perseverantes y a encontrar las fuerzas para seguir adelante a pesar de las adversidades.
7.  Elogie cada pequeño progreso. Cuando los hijos están haciendo algo nuevo, o cambiando hábitos, pueden llegar a sentirse muy frustrados con sus tropiezos. Si nosotros los animamos con cada pequeño adelanto y los alentamos a seguir adelante a pesar de los tropiezos, a tomar la lección de lo sucedido y a buscar alternativas, hay mucho mayores posibilidades de que tengan éxito.
8.  Celebre con ellos sus logros. Una vez que logran lo que se propusieron hay que ¡celebrarlo! No es necesario hacer una fiesta, ni hacer gastos innecesarios. Simplemente con una pequeña reunión familiar en la que se le dé reconocimiento por el logro alcanzado es suficiente. Sirve para afirmar sus capacidades y para ayudarles a cerrar esa etapa e iniciar o prepararlos para iniciar nuevas etapas. También puede aprovecharse para ayudarles a reflexionar sobre las lecciones aprendidas.
Hay que recordar que la forma en que nuestros hijos enfrenten los retos desde pequeños les ayudará a tener herramientas para superar los grandes retos a los que se enfrentarán mientras van creciendo.

Muchos padres, con tal de que sus hijos no sufran intentan evitarles cualquier tipo de dolor o contrariedad. De esta forma lo que están haciendo es contribuir a que se conviertan en niños blandos, de personalidad débil, caprichosa e inconstante. Para evitar esto es importante que los padres conozcan no sólo el valor que el esfuerzo tiene a la hora de educarlos, sino también la forma de inculcárselo.



El esfuerzo es aquello que nos ayuda a conseguir las metas que nos proponemos y a vencer y superar los obstáculos de la vida diaria.
Nos ayuda a resistir y perseverar para conseguir el objetivo a alcanzar.
Si nuestros hijos se dejaran llevar por lo que les apetece en cada momento, seguramente no estudiarían, no ayudarían en las tareas de casa, no organizarían sus cosas, etc. y por consiguiente, cuando sean mayores, no sabrán enfrentarse solos a las dificultades y contratiempos que se le presenten.
Entre los 6 y 12 años, conocido como el periodo sensitivo, es el momento de educarles en hábitos, enseñarles a ser trabajadores, a ser responsables de sus actos, etc.
Los padres se tienen que concienciar que la clave no está en quitarles el sufrimiento a los hijos sino en proporcionarles las herramientas, estrategias y capacidades que les ayuden a enfrentarse a las dificultades.


En primer lugar hay que enseñarles en qué consiste el esfuerzo y el sentido y valor que este tiene.
Si se empieza por enseñarles a esforzarse en cosas pequeñas cuando sean mayores serán capaces de hacerlo con las grandes dificultades que la vida les va a deparar.
Los hijos tienen que saber que lo importante es hacer lo que se debe y no lo que apetece.
De esta forma aprenderán a controlar los impulsos, vencerán los estados de ánimo, la impulsividad, la impaciencia etc.
Es importante enseñarles a marcarse metas que sean realistas, ayudarles a decidir lo que quieren en un momento de confusión. Les puede ayudar que los padres les hagan preguntas del tipo: ¿Qué quieres hacer en este asunto?, ¿Cuál es tu objetivo?, ¿Qué te propones con esto? Y por consiguiente hacerles ver que todo supone un esfuerzo, pero que merece la pena.
El ejemplo de los padres es fundamental.
A los niños les va a ayudar mucho ver que sus padres también se esfuerzan, que no se quejan cuando las cosas no salen según lo previsto, que asumen sus propios errores y que a pesar de las dificultades son capaces de seguir adelante.


- Hacerles ver la cara positiva del esfuerzo, presentarlo como algo valioso y necesario que les va a ayudar a alcanzar los objetivos y metas propuestas.
- Es conveniente que los padres provoquen ocasiones en las que los hijos se tengan que esforzar, por ejemplo levantarse temprano, comer algo que no les agrada mucho, realizar alguna tarea de casa que les resulta algo molesta, etc.
- Explicarles que las cosas que se empiezan hay que terminarlas y que no se deben hacer chapuzas. Al principio habrá que ayudarles a ser realistas antes de comenzar algo y enseñarles a prever las consecuencias de sus actos y decisiones.
- La disciplina y el esfuerzo van unidos. Es aconsejable tener un horario, cumplir unas normas en casa, procurar que tengan la mayor parte del tiempo ocupado, realizar algún tipo de deporte, implicarlos en el cuidado de los hermanos pequeños, etc.
- Los padres son los que mejor pueden ayudar a los hijos a vencer las impaciencias, superar el aburrimiento, la indecisión, los impulsos, los cambios de humor etc. Los niños al principio no saben ponerle nombre a lo que les ocurre y por ello los padres deben ayudarles no solo a descubrirlo, sino también a encontrar la forma de superarse y vencerse a sí mismos.

lunes, 13 de agosto de 2012

¿Cuánto tiempo dedica a sus hijos?


En este mundo de prisas, de apuros por ganar el dinero para vivir, los padres se olvidan de lo más valioso que les pueden otorgar a sus hijos: Tiempo que pueden convivir con ellos. Tiempo para corregir, para educar, para adquirir hábitos, así como el tiempo que el niño requiere pasar con sus padres. 
Alguna vez usted, mamá o papá se ha preguntado: ¿Qué le gustaría a mi hijo hacer hoy con nosotros? 

¿Recuerda usted qué hacía con sus padres cuando era niño? ¿Qué era lo que más le gustaba compartir con ellos? ¿Cuántas veces deseó tan sólo que lo abrazaran o lo besaran? 
¿Ha pensado usted, de las 24 horas del día, cuánto tiempo dedica realmente a sus hijos? Piense que brindarle un abrazo cariñoso a un niño, tan solo le restará cuatro o cinco segundos, de esos 86 mil 400 segundos que tiene un día, ¿Es mucho pedir?, ¿verdad que no? 

El niño cuando es pequeño necesita sentirse amado y cerca de sus seres queridos, simplemente por ser un niño. Que no sólo lo quieran por sus logros, porque se porte bien y obtenga buenas calificaciones, sino tan solo por ser parte esencial e importante de la familia.
Recuerden que para ser un adulto sano y feliz, se debe haber sido un niño feliz, para poder amar y respetar a los demás, es importante haber sido amado y respetado de niño, para saber entregar nuestro tiempo a los demás, es necesario que de niño nuestros padres nos hayan entregado un poco de su tiempo... Pero no sólo como lo entendemos los adultos, sino como lo entiende el niño. A lo mejor para su hijo es importante que usted esté con él viendo en el televisor la serie de caricaturas que más le gusta, para su niña jugar a las muñecas, o incluso estar cerca de ustedes.
En esta sociedad, con crisis de valores, es necesario rescatar lo más valiosos que tenemos, como padres es nuestra responsabilidad la de crear un mundo mejor y de esperanza para los hijos, en el que ellos se sientan libres y creativos, para desarrollarse como personas.
¿Qué podemos hacer para que nuestros hijos tengan deseos de prosperar y de salir adelante en la vida? 

Transmitirles un espíritu de lucha, de trabajo constante, de confianza en sí mismos y esto solamente se adquiere cuando el niño se siente a gusto por ser niño, se siente querido y respetado por sus padres. 

Yo los invito a ustedes padres de familia, que les pregunten a sus hijos ¿Qué es lo que quieren hacer?, ¿cómo quieren pasar el tiempo y créanme no es con más dinero, no es con más juguetes, no es con más golosinas sino simple y sencillamente con una parte de su tiempo.
A veces como padres de familia, estamos preocupados por la educación de los hijos, y ¿saben cuál es la mejor forma de aprender para un niño?, el ver y participar de las actividades de sus padres, imitar hábitos, si bien es importante que ambos padres se incorporen a las actividades de sus hijos, para el niño es todavía más importante el participar de las actividades cotidianas de sus padres y del hogar, pues para él es el mundo de sus padres y del cual quiere formar parte.
    Dra. Guadalupe Moguel Parra* Como Pediatra de muchos niños, nos dice: He visto a niños felices y otros que no lo son tanto, porque sus padres no se han preocupado por qué el niño o niña esté feliz, sino que sólo se han preocupado por su vestido, su alimento, su colegiatura y se han olvidado que todos los niños siempre son más sencillos que los adultos, que la percepción del niño es más simple que la del adulto, que el niño no es tan complicado y que para él cuenta más un poco del tiempo de sus padres que todo el oro del mundo, por ello les repito, denle a sus hijos ese espacio que sólo ellos saben aquilatar en toda su magnitud, como es el pasar un rato agradable con su niño.

¿QUÉ HACER CON EL TIEMPO Y LOS HIJOS?

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No hay recetas ni fórmulas, pues cada familia tiene sus circunstancias particulares. Sin embargo, vale la pena tener en cuenta algunas sugerencias:
El tiempo no es favorable o desfavorable. Simplemente está ahí y su uso depende de la planeación que hagamos cada día; sólo así tendremos tiempo de trabajar, de descansar, de compartir con los hijos, de jugar con ellos, de leerles cuentos. En otras palabras, que haya tiempo de vida. Las Sagradas Escrituras en Eclesiastés Cap 3: 1-8 Nos dice: Hay una temporada para todo, un tiempo para cada actividad bajo el cielo.
Un tiempo para nacer y un tiempo para morir. Un tiempo para sembrar y un tiempo para cosechar.
Un tiempo para matar y un tiempo para sanar. Un tiempo para derribar y un tiempo para construir.
Un tiempo para llorar y un tiempo para reír. Un tiempo para entristecerse y un tiempo para bailar.
Un tiempo para esparcir piedras y un tiempo para juntar piedras. Un tiempo para abrazarse y un tiempo para apartarse.
Un tiempo para buscar y un tiempo para dejar de buscar. Un tiempo para guardar y un tiempo para botar.
Un tiempo para rasgar y un tiempo para remendar. Un tiempo para callar y un tiempo para hablar.
Un tiempo para amar y un tiempo para odiar. Un tiempo para la guerra y un tiempo para la paz.
·       Hay que establecer prioridades. Seguir manejando el tiempo con el criterio de que solo lo destinamos a lo más urgente, nos impedirá atender lo importante.

·                                           Hay que “sacar tiempo” para responder a los “por qué” de los hijos. Estas son dos palabras maravillosas que los niños, todos los niños del mundo pronuncian. Cuando dejan de hacerlo, es porque nadie se tomó el tiempo en responderles, con lo que se apaga en ellos la llama de la curiosidad.

·                                           Es mejor dar tiempo que cosas, con ello les inculcamos una escala de valores. Muchas veces, cuando no les podemos dedicar tiempo a los hijos, tratamos de compensar esto dando juguetes o siguiendo sus caprichos. Cuando obramos así, les estamos fomentando el criterio consumista de la sociedad actual: lo importante es tener. Cuando se da tiempo, por el contrario, el mensaje es otro: lo esencial es ser.

·                                           Hay que quitarle algo de tiempo a la vida moderna. La televisión, el computador, las telenovelas. Rescatarlo y devolvérselo a sus legítimos dueños: los hijos.
·                                           Es necesario aprender a escuchar bien. A abrir por completo la mente y el corazón al niño, con toda la conciencia de que seamos capaces.
·                                           Tener paciencia. Casi siempre estamos de afán  y el niño no sabe de esto, por lo tanto, al hablarnos lo hace con todos los pormenores. Esto nos lleva a que casi nunca les dejamos terminar una frase o una explicación, pues ya nos sabemos  el final y nos apresuramos a cortarles la palabra con el consabido “sí, sí, ya lo sé”. Se trata pues de no hacer juicios precipitados, sino de escuchar.
·                                           Cuando las madres trabajan, no pueden guiar su actitud hacia los hijos con un sentimiento de culpa. Los tiempos han cambiado y en muchas familias ambos padres deben trabajar. Lo importante es organizar bien el tiempo, repartirse las cargas entre los esposos, escoger muy bien a quienes van a cuidar los niños mientras los padres están ausentes. Tratar de llamar por teléfono al niño o niña cuando regresen del colegio, de tal forma que ellos, los hijos, comprendan que aunque la mamá  no esté presente está siempre interesada en su cuidado.
·                                           Además hay condiciones especiales en las que los padres deben hacer todo lo posible por participar. Para un niño que lleva varias jornadas entrenándose o ensayando (en un equipo de fútbol, obra de teatro, coro, etc.), es muy importante, saber que sus padres estarán con él el día del “estreno”.
·                                            Reiteremos una vez más que las dos cosas más importantes que los padres puedan dar a sus hijos son: AMOR Y TIEMPO.



·                                           El tiempo de descanso
El tiempo de descanso se ha convertido en un método para disciplinar extremadamente popular. Sin embargo, lo que determina la efectividad de este o cualquier método de disciplina es el tiempo que se pasa con los hijos. Pasar tiempo con los hijos se refiere al intercambio y las reacciones  que los niños reciben cuando no se comportan bien. La calidad del tiempo que se pasa con los niños es un ingrediente importante que determina la relación entre  padre e hijo. Los niños a menudo ven a sus padres como personas que podrán limites o castigarán cuando ellos  no se portan bien. Es importante que los niños también vean a sus padres como personas que pueden ofrecer mucha atención positiva. A continuación se ofrecen algunas sugerencias que mejorarán el tiempo que les dedica a sus hijos.
Sorpréndalos portándose bien. Es importante que los padres sigan de cerca las actividades de sus hijos. Esto les dará la oportunidad de observar más la conducta apropiada de sus hijos. La meta es sorprender a sus hijos portándose bien.
No espere una ocasión especial. Los padres deben ofrecerle a sus hijos muchos elogios cando se portan bien. No deben esperar hasta que sus hijos hagan algo extraordinario para elogiarlos.
Sea específico. Cuando los padres elogian a sus  hijos, a menudo es bueno decirles porque se le elogia. Por ejemplo “Que bien hiciste al no interrumpir cuando estaba hablando por teléfono. Gracias”
Preste atención física. Además de los elogios verbales, los padres deben darles a sus hijos atención física. Por ejemplo, abrazos, sonrisas, un beso, una palmada en la espalda, o un cerrar de ojo. Los niños más chicos responden especialmente bien a la atención física.
Deles atención inmediata. Es importante dar a los niños atención inmediata. Los padres no deben esperar hasta después de que el buen comportamiento ocurra para elogiar a los niños.
Evita los elogios ambiguos. Es importante evitar el uso de elogios ambiguos. Por ejemplo, no es bueno decirle algo como “bien Hecho; ¿Por qué no lo haces más seguido?
Use elogios de tercera mano. Los elogios de tercera mano pueden ser muy efectivos. Estos elogios ocurren cuando una persona le dice a otra sobre el buen comportamiento del niño en presencia de este. Por ejemplo, cuando uno de los padres llega a casa del trabajo, el otro de los padres platica sobre el buen comportamiento del niño durante el día.
Planee actividades para padre e hijo. El uso de actividades entre padres e hijos puede ser una manera efectiva para premiar al niño cuando se porta bien. Por ejemplo, ir al parque o participar en un juego. El uso de actividades entre padre e hijo a menudo es preferible que las recompensas materiales.
Haga nota del buen comportamiento en lugar del malo. El punto más importante es que los padres hagan saber a sus hijos que aprecian el buen comportamiento y que también notan cuando se portan mal. El balance entre el tiempo con sus hijos y el tiempo de descanso (o cualquier otro método de disciplina) es importante  para corregir el comportamiento de los niños.
Si estar con sus hijos no es importante para usted (charlar con ellos, jugar con ellos, dar un paseo juntos, abrazarlos, escucharlos, compartir su amor, mirarlos con afecto), entonces no hay forma en que ellos puedan sentirse amados. No importa cuántas cosas les compre, o cuántas veces les diga que los ama, si no son lo suficientemente importantes para que usted quiera estar realmente con ellos, no se sentirán amados ni cuidados. 

Sus hijos necesitan de su atención completa, y cuando no la obtienen, pueden reclamarla de varias maneras. Pueden hablar sin parar, tratando de captar su interés. Pueden hacerse notar riñendo entre sí, no escuchándolo a usted, resistiéndose a realizar sus tareas, deberes escolares, cuidar su higiene, cambiar los horarios de sueño y cosas por el estilo. Para muchos niños, incluso la atención negativa es mejor que no obtener atención. Esto crea un círculo vicioso en el cual, cuanto más llaman ellos la atención, menos quiere usted estar con ellos, pero cuanto menos está con ellos brindándoles cariño y atenciones, más llaman ellos la atención.

Piense cómo se siente usted cuando alguien le brinda su atención completa. ¿No es maravilloso? ¿Cuántas veces alguien lo mira a los ojos y le concede toda su atención? ¿Cuán a menudo se siente usted verdaderamente escuchado? Desgraciadamente, mucha gente necesita tanto ser escuchada y recibir atención, que no están dispuestos a escuchar ni prestar atención a los demás.

El simple acto de estar completamente presente con sus hijos hará más por ellos de lo que usted pueda imaginar. Tiene la oportunidad de darles a sus hijos un maravilloso regalo: estar presente a su lado, dándoles su amor, compasión, empatía, interés, sentido del humor y afecto. Tiene la oportunidad cada día, incluso si sólo dispone de media hora para mimarlos y confortarlos. Los niños crecen tan rápido... No se pierda esta oportunidad diaria.

Recuerde siempre ¡Que la calidad del tiempo que dedique a sus hijos, será el tesoro más valioso que ustedes le puedan otorgar!



COMO AYUDAR A LOS NIÑOS CON EL ESTRÉS



Que es el estrés.
Miedo en los niños; Ansiedad en los niños; Estrés en la infancia

Definición:
El estrés en la niñez puede ser provocado por cualquier situación que requiera que una persona se adapte o cambie. La situación a menudo causa ansiedad. El estrés puede ser provocado por cambios positivos, como comenzar una nueva actividad, pero está vinculado con más frecuencia con cambios negativos, como una enfermedad o una muerte en la familia.
La tensión es una parte normal y natural en la vida de los niños. El proceso del crecimiento trae consigo cierta cantidad de tensión. Los niños empiezan a sentir estrés desde muy temprana edad, y son más vulnerables que los adultos porque aún no han aprendido maneras efectivas de lidiar con el estrés. Los padres deben, por consiguiente, empezar a enseñar a sus hijos desde que están chicos, la habilidad necesaria para lidiar con el estrés. Esta habilidad es muy importante para los niños, no solo mientras crecen sino también cuando son adultos.
Como Pueden Ayudar Los Padres
*Esté consciente de factores protectivos. ¿Porqué parece ser que algunos niños manejan el estrés mejor que otros? Estudios indican que existen numerosas diferencias entre los niños que manejan y los que no pueden lidiar con el estrés. Los niños que manejan bien el estrés parecen tener mejor amor propio, buen sentido del humor, una percepción de que ellos tienen control sobre sus vidas, una estructura familiar consistente (reglas/límites), una familia unida, una relación cercana y de apoyo con sus padres, buenas amistades con maestros y amigos, una afiliación religiosa, y son reconocidos por sus logros.
*Ayude a sus hijos a estar conscientes de las señales de estrés. Niños diferentes muestran síntomas de estrés diferentes. Esos síntomas dependen a menudo en la edad de los niños, su personalidad, y su nivel de desarrollo. Sin embargo, el cuerpo de los niños ofrece señales que indican que el niño puede estar bajo mucha presión. Estas señales incluyen garganta apretada, manos sudorosas, dolor de cabeza, cansancio, náusea, diarrea, inquietud, depresión, indigestión, frustración, agitación y cambio en los hábitos de dormir. Otros síntomas pueden incluir irritabilidad, agresión, aburrimientos excesivos, extrema sensibilidad, cambio en los hábitos de comer, retiro, y cambios generales de conducta.
Cuando los padres y los hijos aprenden a reconocer estas señales de estrés toman un paso muy importante para combatirlo.
*Prepare a sus hijos para enfrentar situaciones estresantes. Los padres deben preparar a sus hijos a enfrentarse a situaciones que puedan ser estresantes. Los padres pueden practicar como manejar situaciones estresantes con sus hijos. Por ejemplo, si el niño se siente tenso porque hay un conflicto en la escuela con un amigo, los padres deben ayudar a su niño a que practique (con papá o mamá) una conversación con el amigo para tratar de resolver el conflicto.
*Evite la protección extrema de sus hijos. Es a veces difícil para los padres mirar a sus hijos en situaciones estresantes, puesto que su instinto es a menudo protegerlos de las tensiones de la vida. Sin embargo, el estrés es inevitable. Los padres les harían un mal a sus hijos si siempre los tratan de proteger del estrés. Los niños aprenden a manejar el estrés por experiencia propia.
*Trate de mejorar el amor propio de sus hijos. Los padres deben ayudar a sus hijos a ganar confianza en resolver problemas, dándoles responsabilidades y permitiéndoles tomar decisiones desde temprano edad. Los padres deben también ayudar a sus hijos a que desarrollen interés en cosas en las que puedan tener éxito. Los padres deben ofrecer a sus hijos mucha ayuda y elogios.
*Proporcione ayuda y tranquilidad. Los padres deben estar disponibles para sus hijos cuando están bajo presión. Deben darles muchos abrazos, palmadas en la espalda, besos, etc. para hacerles saber que están a su disposición. Cuando los niños están bajo presión, los padres deben hacerles saber que ellos entienden que están pasando por un rato difícil. Tener una relación cercana y de apoyo con los padres es la mejor manera de predecir qué tan bien manejarán los niños las situaciones estresantes durante la niñez.
*Proporcione un medio ambiente de comunicación abierta. Los padres deben estar disponibles para escuchar cuando los niños necesitan hablar. Deben hacer preguntas de respuestas abiertas (ej.: preguntas que no se pueden contestar con un simple "sí" o "no") si sus hijos necesitan ayuda para platicar sobre un tema. Ejemplos de preguntas abiertas incluyen "¿Como te sientes acerca de eso...?" y "¿Qué piensas tú de eso...?". Una de las ventajas de hablar acerca de cosas estresantes es que las discusiones hacen que estemos más conscientes. También, los padres deben estar dispuestos a compartir algo de su propio estrés y sus opiniones para hacerle saber a sus hijos (sin preocuparlos), que lo que sienten es normal.
*Asegúrese de que sus hijos duerman y descansen lo suficiente. Los niños que no descansan lo suficiente no tendrán la energía necesaria para combatir los estreses de la vida. Los padres deben asegurarse de que sus hijos duerman lo suficiente cada noche. Debe de mantenerse una hora regular para irse a la cama. Descansar lo suficiente es importante  para la salud mental y física de los niños.
*Enseñe como manejar el estrés de manera apropiada. Los niños aprenden observando a sus padres. Si los niños ven que los padres manejan el estrés apropiadamente, es posible que ellos desarrollarán los mismos hábitos cuando estén bajo presión. Los padres deben tratar de demostrar que el estrés es normal y que se puede manejar de forma calmada y efectiva. Los padres deben tratar de ser optimistas, que toman las cosas estresantes como un desafío y no como una catástrofe.
*Haga que sus hijos aprendan hábitos para relajarse. La habilidad de relajarse puede ayudar a los niños a desahogar la tensión causada por el estrés. Existen varias técnicas específicas que los profesionales de salud pueden enseñar a sus hijos. Algunas de estas técnicas incluyen hacer que el niño use su imaginación para recordar o crear imágenes positivas y relajantes (ej.: jugando afuera, paseándose en la playa). Otras técnicas de relajamiento incluyen contraer y relajar sistemáticamente varios grupos musculares. Estos ejercicios deben practicarse diario para que sean más efectivos. No es importante cual técnica de relajamiento se utiliza. Lo importante es que sea cómoda para los niños, que funcione, y que los niños se apeguen a ella. Los padres que piensan que sus niños se pueden beneficiar al usar estas técnicas deberían preguntar a su proveedor de servicios médicos para que los refiera a un profesional capacitado para proveer este entrenamiento.
*Enseñe a sus niños como manejar el criticismo. Muchos de nosotros somos criticados una que otra vez. El estrés puede aumentar cuando una persona tiene dificultad aceptando criticismo. Los niños se exponen a las críticas a temprana edad. Este criticismo puede manifestarse en la broma de un amigo, o en comentarios positivos de padres y maestros. Los padres deben tratar de enseñar a sus hijos a manejar el criticismo desde temprana edad. A los niños se les debe enseñar que nadie es perfecto y que todos cometemos errores y que podemos aprender de ellos. Los padres pueden actuar un papel para enseñar a sus niños a oír las bromas y las críticas.
Pauta Musical y Comerciales
*Proporcione una nutrición apropiada La nutrición apropiada es una parte muy importante para combatir el estrés, especialmente para los niños. La mejor dieta para ayudar a los niños a manejar el estrés es una con pocos aditivos, que tiene una cantidad adecuada de calorías para mantener un propio desarrollo, y que es balanceada A los niños con dietas malas (desbalanceadas, con comidas deficientes) se les puede ayudar a disminuir el consumo de comida alta en grasa, colesterol, sal, y azúcar refinada o procesada. Se debe limitar también el consumo de comida callejera y cafeína. A los niños se les debe ayudar a que coman más fruta, verdura, y granos enteros. Los niños deben mantener un peso adecuado. Los padres de niños que están pasados de peso deben consultar a su Médico Pediatra y el  Dietista  para recomendaciones sobre la pérdida de peso.
*Proporcione un horario o rutina consistente. Los niños necesitan que las cosas sean predecibles en sus vidas. Un horario consistente para comer, estudiar, irse a dormir, etc., permite que sus hijos sepan lo que se espera de ellos. Esto los hace sentir seguros y disminuye el estrés.
*Ayude a sus niños a interpretar situaciones estresantes. Los niños pueden controlar la manera en que las cosas los afectan. La manera en que el niño percibe una situación estresante ayuda a determinar qué tan estresante se puede convertir. Los padres deben tomar pasos para ayudar a los niños a desarrollar alternativas para interpretar las cosas que les causan estrés. Por ejemplo, a un niño que está preocupado porque piensa que no le cae bien a la maestra porque ella no le saludó al principio de la clase, se le puede preguntar si hay otra cosa que pueda explicar el comportamiento de la maestra. Los padres pueden sugerir que quizás la maestra estaba preocupada pensando en otra cosa y que por eso se le olvidó saludar. Este es un ejemplo de como reinterpretar una situación estresante. La clave es que los padres ayuden a sus hijos a encontrar alternativas e interpretar de manera más positiva las situaciones estresantes. Claro, no es posible reinterpretar cada situación. Habrá veces en que el estrés que los niños sienten en cierta situación será real. En estos casos, es necesario que los padres ayuden al niño a manejar la situación de otra manera.
*Ayude a su niño a cambiar sus ideas sobre situaciones estresantes. La opinión de los niños afecta mucho su comportamiento: la manera en que se comportan, el tipo de amistades que escogen, qué tema estudian en la escuela, etc. Las creencias de los niños también determinan, hasta cierto punto, qué será y qué no será estresante para ellos. Algunas veces ciertas creencias conducen al estrés elevado. En estos casos es bueno que los padres intenten ayudar a su hijo a cambiar ciertas creencias. Por ejemplo los niños que creen que tienen que obtener una A+ cada vez que hacen la tarea o serán considerados como un fracaso cuando no lo logran, sufrirán de estrés cada vez que no obtengan una A+. En este caso, el estrés se reducirá de gran manera si los padres ayudan a sus hijos a cambiar esta opinión por una que permita la imperfección. (Comentario)
*Ayude a que sus hijos participen en actividades agradables. Cuando los niños sufren por mucho estrés, los padres deben ayudarlos a tomar parte en actividades que puedan disfrutar (ej.: deportes, arte, lectura). Para que la actividad reduzca el estrés, debe ser algo que ellos disfruten y que los distraiga.
*Ayude a sus hijos a hacer ejercicio regularmente. El ejercicio regular es una manera excelente de manejar el estrés. Primero que nada, ayuda a desahogar la tensión creada en el cuerpo de los niños. En segundo lugar, el ejercicio proporciona salud física, lo que permite que el cuerpo de los niños pueda combatir el estrés más efectivamente. Por último, el ejercicio ayuda a clarear la mente, facilitando la habilidad de relajarse. El ejercicio, sin embargo, no será efectivo si no es regular. La actividad que se escoge no es importante. Lo que importa es que los niños la disfruten. Además, los niños harán ejercicio regularmente si los padres lo hacen también y están en buen estado físico.
*Ayude a sus niños a desarrollar la habilidad de resolver problemas. Cuando los niños se enfrentan a un problema grande, los padres deben aprovechar esta oportunidad para enseñarles como resolver problemas efectivamente. Pueden empezar ayudando al niño a definir con claridad el problema exacto. Luego deben hacer que sus hijos escriban una lista de soluciones posibles (sin evaluarlas todavía). Una vez que se ha creado una lista, los padres deben hacer que sus hijos revisen cada posibilidad y evaluar la posibilidad de éxito. Una vez que las soluciones han sido evaluadas, los padres deben ayuda a sus hijos a escoger la mejor solución posible. Los padres deben ayudar a sus hijos y elogiarlos cuando usan maneras efectivas para resolver problemas.
*Enseñe a sus hijos a manejar su tiempo. Los padres deben enseñar a sus hijos a darle prioridad a las cosas. Si los niños tienen la tendencia de tomar muchas responsabilidades, los padres deben ayudarles a limitar sus compromisos. También pueden enseñar a sus hijos a administrar su tiempo (ej.: cierta cantidad de tarea escolar) para que puedan terminar las cosas.
*Enseña a sus hijos a tener confianza en si mismos. A los niños que tienen miedo de defenderse, se les dificulta manejar situaciones estresantes. Los padres deben enseñar a sus hijos a defenderse por si mismos. Los padres pueden asumir algún papel para enseñar a sus hijos a defenderse por si solos de una forma apropiada y no agresiva.
*Fomente el buen sentido del humor de sus hijos. Los niños que pueden ver el lado divertido de las cosas y pueden reírse de si mismos tienden a manejar situaciones estresantes más efectivamente. Los padres deben enseñar a sus hijos a no tomar las cosas tan seriamente. ¡La risa es buena medicina! Pro 15:15 BLS. Para el que anda triste, todos los días son malos; para el que anda feliz, todos los días son alegres. Pro. 17:22. BLA. El buen humor hace bien al organismo; si el espíritu está triste los nervios se deprimen.
SIGNOS DE ESTRÉS NO RESUELTO EN LOS NIÑOS
(Preste atención, puede ser que el problema no se ha resuelto)
Es posible que los niños no se den cuenta de que están estresados. Los padres pueden sospechar que un niño tiene estrés excesivo si éste ha tenido que experimentar una situación potencialmente estresante y comienza a mostrar síntomas como:
  • Síntomas físicos
    • disminución del apetito y otros cambios en los hábitos alimentarios
    • dolor de cabeza
    • enuresis nueva o recurrente
    • pesadillas
    • alteraciones en el sueño
    • tartamudeo
    • molestia estomacal o dolor de estómago vago
    • otros síntomas físicos sin ninguna enfermedad física
  • Síntomas emocionales o de comportamiento
    • ansiedad
    • preocupaciones
    • incapacidad de relajarse
    • miedos nuevos o recurrentes (miedo a la oscuridad, a estar solo o a los extraños)
    • aferrarse al adulto, incapaz de perderlo de vista
    • comportamiento inquisitivo (puede o no hacer preguntas)
    • rabia
    • llanto
    • gimoteo
    • incapacidad para controlar sus emociones
    • comportamiento agresivo
    • comportamiento terco
    • regresión a comportamientos típicos de etapas anteriores del desarrollo
    • renuencia a participar en actividades familiares o escolares
*Busque ayuda profesional si sus niños continúan con dificultades lidiando con el estrés. Hay veces cuando ayuda profesional es necesaria para ayudar a los niños a manejar el estrés excesivo. Consulte al proveedor de servicios de salud de su niño para ayuda y consejos.